jueves, 4 de octubre de 2007

SINCRONIA DE LA CRÒNICA


El ideal de noticia consta de un currículo, anótese, debe ser la mejor contada y que persiga el camino de la excelencia, a grosso modo de que es percibida y aprehendida por lectores cada vez más veraces, que buscan calidad y estilos que se permitan discernir.
Proliferan incontablemente los diarios y notas donde radican el “periodismo narrativo”, subyugados de “literatura de no ficción”, llegando a florecer para sancionar las malas costumbres y las fe de erratas que disimulan ocultar la prensa.
La Crónica es un arte liminar, un canon amorfo de paradigmas fronterizos. Implanta estructuras complejas y compatibles con cualquier otra, como hipervínculos antes considerado antagónico o excluyente.
En un término más implícito, es el ornitorrinco mediático como señala Juan Villoro, porque fusiona historias reales y de ficción, es lo cóncavo y convexo como una canción de Roberto Carlos, es la cópula entre el mundo de lo objetivo y lo subjetivo, por último, es un camaleón que padece de hibrides y andrógeno a la vez.
Otro epíteto, es el de ser familiar directo del teatro griego y de las leyendas celtas, es un género paradójicamente el más antiguo y el más moderno.
Es guiada por una voluntad de transgredir normas, romper con sistemas tradicionales de regulación.

Son pasajeros de una viaje a tal velocidad, que todo es como una estrella fugaz, todo se muta, con cada latir del corazón, no apto para cardiacos del conformismo, se precisa exiliarnos de ese mundo pletórico de desinformación, es por ese hecho que el escritor debe ser eficaz en su comunicación, el lector reclama detalles y reflexiones, que contemporáneamente no se acata.

Los burócratas de la información, personas de la más exquisita calaña, un adjetivo como anillo a dedo es la incompetencia, aquellos que no son capaces de narrar y mirar las noticias con la óptica, el compromiso y la técnica de un escritor mediático.
Actualmente se ha demostrado que lo “real” puede ser más sorprendente que la ficción, eso garantizado con un técnica infalible la inmersión, existen varias evidencias como El Comercio, Perú 21, entre otras, incrementando su prestigio, como una empresa de vanguardia internacionalmente.
Este arte es de una taxonomia abierta a otras voces, asi es que la escritura es un diálogo con otro, donde se precisa la palabra ajena, es por eso, que la otredad da sentido a la existencia propia, de esta manera, se vuelve un medio estético capaz de crear una totalidad autónoma perdurable, ejerciendo una función crítica y moral.
Uno de las leyes del decálogo de la crónica, es que ella o el se parecen a una Guillete oxidada en el cogote, argumentados en las palabras de un hombre que lo practica cotidianamente, tiñendo su historias con personajes comunes, el ciudadano ante el gran espectáculo de sus diversas e inmensas precariedades, cuyas entrañas se ven de un panorama de diàlogo con las respuestas masivas frente al aluvión de la modernidad, colisionando, entre la dualidad mediàtica del imaginario del barrio y la sabiduría ancestral.
Una sinopsis de esta película, basada en la literatura y el periodismo, es que esta ùltima se ensambla con la primera, que le da el golpe estètico con la belleza supina que le corresponde, y lo màs insiginificante que se ignora, es el cuchillazo en la yugular, es decir los estragos que se provoca al lector.
Cabe subrayar hasta romper la hoja, que sus mordientes informativas seràn útiles en tanto borra la amnesia nacional que padecemos y se establezca un soporte literario en el que se construya otros textos màs vitales y màs sensuales para crear espacios libres y orgiásticos, todo con por una causa justo, y hasta quemar el ùtlimo cartucho, de desaletargarnos de una embarazada perplejidad y delicioso asombro, llevando un diàgnostico crìtico de una enfermedad incurable y crònica.


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